BALA
PRELUDIO V
El otro dĂa te dispararon;
una bala que vuela,
como si los -9,8 de gravedad
no fueran con ella.
Y tĂş acojonado,
por verla dirigirse tan rápido
buscaste algo, ¡lo que sea!
para que no te diera ni en los Ăłrganos
o las venas.
A la izquierda un escudo de hierro,
y a la derecha yo susurrando un te quiero.
Optaste por el escudo de hierro,
al menos, en algĂşn multiverso,
porque en este
me usaste a mĂ para pararla
y ahora tengo una cicatriz en la espalda.
-Marta FernĂ h
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